ANTECEDENTES Y JUSTIFICACIÓN

    Las islas del Océano Pacífico de la Península de Baja California son conocidas por su alta biodiversidad, endemismo de flora y fauna, además de bajos niveles de disturbio antropogénico (Ceballos et al. 1998; Donlan et al. 2000). Son sitios únicos para realizar estudios de diversidad biológica, de biogeografía y de evolución debido a su variación en tamaño, distancia al continente, topografía, clima y geología; características que tienen un efecto importante sobre la diversidad de especies y los grados de endemismo (Oberbauer 2000). El estudio de organismos marinos en las islas del Pacífico mexicano y en particular la isla de Cedros, es idóneo debido a que se pueden considerar hábitats relativamente prístinos y, de acuerdo a que se ubica en el extremo sur de la provincia Californiana y el norte de la zona de transición entre las provincias Californiana y Mexicana (Vermeij 1980), contribuye a que presenten una gran diversidad de especies tanto de afinidad templada así como subtropical y tropical.

 

Este cuerpo insular se caracteriza por presentar en su mayoría una línea de costa rocosa por lo que la zona del intermareal rocoso representa un hábitat importante. La zona del intermareal rocoso se caracteriza por presentar principalmente organismos sésiles o de lento movimiento (Murray 2002), entre los cuales los macroinvertebrados son un componente sobresaliente que se distribuyen en los tres niveles de marea y que abarcan una amplia gama de grupos funcionales por lo que son en gran parte responsables de la transferencia de energía dentro de la comunidad y entre biomas vecinos (Nybakken 2005). La distribución, número y densidad de especies de estos organismos, al igual que de toda la comunidad, están influenciados tanto por factores físicos como biológicos. Entre los factores físicos más importantes se encuentran la exposición al oleaje (Denny 1985, Underwood y Chapman 1998), la orientación y pendiente de la costa (Dethier 2001), la estructura del hábitat (Archambault y Bourget 1996, Menge y Branch 2001), la sedimentación (Murray y Bray 1993) y la salinidad (Ardisson y Bourget 1997). La comunidad del intermareal rocoso de las islas, así como todas comunidades marinas de agua somera, se caracterizan por presentar un número menor de especies, con respecto al continente, lo cual es debido a las bajas tasas de inmigración y especiación y a la alta tasa de extinción, que dependen del tamaño de la isla, la productividad del sistema y de la distancia entre la isla y las regiones potenciales de recurso de inmigrantes (Vermeij 2004).

 

Los macroinvertebrados y las macroalgas bentónicas así como los peces del intermareal de las islas del Pacífico de Baja California han recibido poca atención ya que sólo se dispone de listados taxonómicos registrados principalmente en reportes de expediciones realizadas por la Fundación Allan Hancock (corales pétreos, hidroideos, crustáceos, bivalvos, equinodermos, poliquetos) (Durham y Barnard 1952, Fraser 1938, Garth 1940, 1958, 1966, Grau 1959, Deichman 1937, Hartman, 1944, respectivamente) y la Academia de Ciencias de California (moluscos) (Strong y Hanna 1930, Strong 1937); en los catálogos de las colecciones de invertebrados bénticos del Instituto de Oceanografía de Scripps (esponjas, cnidarios, crustáceos, moluscos y equinodermos) (Spencer 1977, 1978, 1982, 1995, 1998a, 1998b); en estudios del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (equinodermos) (Caso 1977a, 1977b, 1977c, 1981); y en guías de campo (Morris et al. 1980, Gotshall 1987, 2005; Behrens 1991, Behrens y Hermosillo 2005). La recolecta en dichos estudios ha sido poco exhaustiva en la zona intermareal o sólo se ha realizado en escasos sitios alrededor de las islas. En relación a estudios más detallados únicamente se cuenta con un trabajo sobre la composición faunística de los gasterópodos de la isla Guadalupe (Mendoza-León, 1984), donde se evidencia que el grupo está conformado en un 80% por especies de afinidad californiana, 11% de proveniencia panámica y 9% son endémicas.

 

A pesar de la importancia ecológica de las islas, no se dispone de un inventario actualizado de las especies de invertebrados marinos o de los peces intermareales, ni existen estudios cuantitativos o biogeográficos, información que es indispensable cuando se considera la conservación de estos ecosistemas, ya que es posible evidenciar regiones de alta riqueza y densidad de especies, así como diferentes grados de endemismo y de traslape en las áreas de distribución de las especies, factores frecuentemente considerados en la selección de áreas protegidas (Kerr 1997). A partir de las consideraciones anteriores, la presente propuesta de investigación, será la primera en abordar en conjunto la descripción cualitativa, cuantitativa y de análisis de la distribución geográfica de los macroinvertebrados y macroalgas bentónicas así como de los peces del intermareal rocoso de la isla de Cedros. Además, representará la línea base para evaluar los cambios en la composición de especies producidos por el calentamiento global y que, aunado a la propuesta del establecimiento del Área Natural Protegida “Islas del Pacífico de la Península de Baja California”, reforzará la importancia de proteger estos sistemas insulares.

 

 

JUSTIFICACIÓN.

 

La utilización eficiente y sustentable de los grandes recursos marinos naturales depende, en buena medida, de la integración de los conocimientos básicos sobre el recurso, así como de una apropiada dirección con objetivos y metas proyectadas a corto, mediano y largo plazo sustentadas en estudios científicos y acordes a la realidad social, cultural y económica de la región. Sin embargo, esto no se lleva a cabo en forma completa o integral en nuestro país debido a que la vida promedio de los programas y proyectos nacionales están en función de la agenda política de las administraciones públicas. Bajo este contexto, la mayoría de los estudios básicos de los recursos marinos que se han propuesto a nivel nacional y regional aun continúan siendo postergados y relegados en nuestro país otorgándoles mayor relevancia a aquellos estudios en los cuales se contemple abordar las demandas y problemas específicos los cuales son “prioritarios” para un sector de la sociedad muy reducido pero con gran poder económico. Sin embargo, es precisamente la falta de visión para prevenir muchos de los actuales problemas específicos los que con frecuencia generan las prioridades y demandas actuales. 

 

Para resolver un problema a menudo se ofrecen soluciones o alternativas que al poco tiempo resultan ser contraproducentes. La raíz de esto es la ausencia prácticamente total de conocimientos básicos de los elementos que participan, de la forma en que se distribuyen los organismos en el tiempo y espacio y de los factores que influyen con mayor o menor grado en el medio. En este esquema o forma de abordar, que a primera vista resulta simple, se encuentran las bases que son fundamentales para ayudar a resolver y/o prevenir en buena medida los problemas ambientales. 

 

De acuerdo con lo anterior, el estudio de los organismos marinos ha contribuido considerablemente a la comprensión de muchos problemas biológicos generales. La oceanografía biológica ha considerado a los fenómenos biológicos como partes integrales de todos los procesos que se llevan a cabo en el mar. Estos procesos incluyen la forma en que los organismos vivos están regulados por factores de tipo abiótico como son la temperatura, la salinidad, el tipo de sustrato, la profundidad, etc., y, por otro lado, los de tipo biótico como son la competencia, la depredación, el parasitismo, etc. La interacción de estos componentes y la forma en que los organismos se desempeñan en su entorno son los que determinan la estructura y la dinámica de las poblaciones y comunidades a una escala ecológica.

 

Para llegar a este nivel de integración es imprescindible y fundamental tener conocimiento de la sistemática de plantas y animales, ya que es esencial contar con unidades básicas bien definidas, esto es, con especies. En el mismo sentido, los estudios sobre la fisiología y etología, por mencionar algunos, son indispensables para el conocimiento de los procesos biológicos.

 

En este contexto, la justificación para llevar a cabo el estudio de la biodiversidad y biogeografía de la flora y fauna asociada al intermareal rocoso de la isla de Cedros, Baja California, México, reside en las razones siguientes:

 

(1) la escasa información de estudios taxonómicos, sinecológicos y biogeográficos de estas comunidades en el área en cuestión;

 

(2) entender la forma en que las comunidades bentónicas se estructuran en las condiciones ambientales de verano e invierno en el límite norte de la zona de transición entre las provincias biogeográficas Mexicana y la Californiana;

 

(3) la ausencia de información sobre la distribución y abundancia de las especies bentónicas en el gradiente vertical intermareal;

 

(4) por ser el imtermareal un biotopo de fácil acceso y expuesto al impacto antropogénico, razón por la cual se requiere de estudios ecológicos y de monitoreo con el fin de establecer las pautas para la protección y conservación de la biota ahí presente;

 

(5) la identificación de especies que puedan ser empleadas como indicadoras o diagnosticas del calentamiento global en la región del Pacifico nororiental.