ANTECEDENTES Y JUSTIFICACIÓN
Este cuerpo insular se
caracteriza por presentar en su mayoría una línea de costa rocosa por lo que la
zona del intermareal rocoso representa un hábitat importante. La zona del
intermareal rocoso se caracteriza por presentar principalmente organismos
sésiles o de lento movimiento (Murray 2002), entre los cuales los
macroinvertebrados son un componente sobresaliente que se distribuyen en los
tres niveles de marea y que abarcan una amplia gama de grupos funcionales por
lo que son en gran parte responsables de la transferencia de energía dentro de
la comunidad y entre biomas vecinos (Nybakken 2005). La distribución, número y
densidad de especies de estos organismos, al igual que de toda la comunidad,
están influenciados tanto por factores físicos como biológicos. Entre los
factores físicos más importantes se encuentran la exposición al oleaje (Denny
1985, Underwood y Chapman 1998), la orientación y pendiente de la costa
(Dethier 2001), la estructura del hábitat (Archambault y Bourget 1996, Menge y
Branch 2001), la sedimentación (Murray y Bray 1993) y la salinidad (Ardisson y
Bourget 1997). La comunidad del intermareal rocoso de las islas, así como todas
comunidades marinas de agua somera, se caracterizan por presentar un número
menor de especies, con respecto al continente, lo cual es debido a las bajas
tasas de inmigración y especiación y a la alta tasa de extinción, que dependen
del tamaño de la isla, la productividad del sistema y de la distancia entre la
isla y las regiones potenciales de recurso de inmigrantes (Vermeij 2004).
Los macroinvertebrados y las macroalgas
bentónicas así como los peces del intermareal de las islas del Pacífico de Baja
California han recibido poca atención ya que sólo se dispone de listados
taxonómicos registrados principalmente en reportes de expediciones realizadas
por la Fundación Allan Hancock (corales pétreos, hidroideos, crustáceos,
bivalvos, equinodermos, poliquetos) (Durham y Barnard 1952, Fraser 1938, Garth
1940, 1958, 1966, Grau 1959, Deichman 1937, Hartman, 1944, respectivamente) y
la Academia de Ciencias de California (moluscos) (Strong y Hanna 1930, Strong
1937); en los catálogos de las colecciones de invertebrados bénticos del
Instituto de Oceanografía de Scripps (esponjas, cnidarios, crustáceos, moluscos
y equinodermos) (Spencer 1977, 1978, 1982, 1995, 1998a, 1998b); en estudios del
Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (equinodermos) (Caso 1977a, 1977b,
1977c, 1981); y en guías de campo (Morris et al. 1980, Gotshall 1987, 2005;
Behrens 1991, Behrens y Hermosillo 2005). La recolecta en dichos estudios ha
sido poco exhaustiva en la zona intermareal o sólo se ha realizado en escasos
sitios alrededor de las islas. En relación a estudios más detallados únicamente
se cuenta con un trabajo sobre la composición faunística de los gasterópodos de
la isla Guadalupe (Mendoza-León, 1984), donde se evidencia que el grupo está
conformado en un 80% por especies de afinidad californiana, 11% de proveniencia
panámica y 9% son endémicas.
A pesar de la importancia
ecológica de las islas, no se dispone de un inventario actualizado de las
especies de invertebrados marinos o de los peces intermareales, ni existen
estudios cuantitativos o biogeográficos, información que es indispensable
cuando se considera la conservación de estos ecosistemas, ya que es posible
evidenciar regiones de alta riqueza y densidad de especies, así como diferentes
grados de endemismo y de traslape en las áreas de distribución de las especies,
factores frecuentemente considerados en la selección de áreas protegidas (Kerr
1997). A partir de las consideraciones anteriores, la presente propuesta de
investigación, será la primera en abordar en conjunto la descripción
cualitativa, cuantitativa y de análisis de la distribución geográfica de los
macroinvertebrados y macroalgas bentónicas así como de los peces del intermareal
rocoso de la isla de Cedros. Además, representará la línea base para evaluar
los cambios en la composición de especies producidos por el calentamiento
global y que, aunado a la propuesta del establecimiento del Área Natural
Protegida “Islas del Pacífico de la Península de Baja California”, reforzará la
importancia de proteger estos sistemas insulares.
JUSTIFICACIÓN.
La
utilización eficiente y sustentable de los grandes recursos marinos naturales
depende, en buena medida, de la integración de los conocimientos básicos sobre
el recurso, así como de una apropiada dirección con objetivos y metas
proyectadas a corto, mediano y largo plazo sustentadas en estudios científicos
y acordes a la realidad social, cultural y económica de la región. Sin embargo,
esto no se lleva a cabo en forma completa o integral en nuestro país debido a
que la vida promedio de los programas y proyectos nacionales están en función
de la agenda política de las administraciones públicas. Bajo este contexto, la
mayoría de los estudios básicos de los recursos marinos que se han propuesto a
nivel nacional y regional aun continúan siendo postergados y relegados en
nuestro país otorgándoles mayor relevancia a aquellos estudios en los cuales se
contemple abordar las demandas y problemas específicos los cuales son
“prioritarios” para un sector de la sociedad muy reducido pero con gran poder
económico. Sin embargo, es precisamente la falta de visión para prevenir muchos
de los actuales problemas específicos los que con frecuencia generan las prioridades
y demandas actuales.
Para
resolver un problema a menudo se ofrecen soluciones o alternativas que al poco
tiempo resultan ser contraproducentes. La raíz de esto es la ausencia
prácticamente total de conocimientos básicos de los elementos que participan,
de la forma en que se distribuyen los organismos en el tiempo y espacio y de
los factores que influyen con mayor o menor grado en el medio. En este esquema
o forma de abordar, que a primera vista resulta simple, se encuentran las bases
que son fundamentales para ayudar a resolver y/o prevenir en buena medida los
problemas ambientales.
De
acuerdo con lo anterior, el estudio de los organismos marinos ha contribuido
considerablemente a la comprensión de muchos problemas biológicos generales. La
oceanografía biológica ha considerado a los fenómenos biológicos como partes
integrales de todos los procesos que se llevan a cabo en el mar. Estos procesos
incluyen la forma en que los organismos vivos están regulados por factores de
tipo abiótico como son la temperatura, la salinidad, el tipo de sustrato, la
profundidad, etc., y, por otro lado, los de tipo biótico como son la
competencia, la depredación, el parasitismo, etc. La interacción de estos
componentes y la forma en que los organismos se desempeñan en su entorno son
los que determinan la estructura y la dinámica de las poblaciones y comunidades
a una escala ecológica.
Para
llegar a este nivel de integración es imprescindible y fundamental tener
conocimiento de la sistemática de plantas y animales, ya que es esencial contar
con unidades básicas bien definidas, esto es, con especies. En el mismo
sentido, los estudios sobre la fisiología y etología, por mencionar algunos,
son indispensables para el conocimiento de los procesos biológicos.
En este
contexto, la justificación para llevar a cabo el estudio de la biodiversidad y
biogeografía de la flora y fauna asociada al intermareal rocoso de la isla de
Cedros, Baja California, México, reside en las razones siguientes:
(1)
la escasa información de estudios taxonómicos, sinecológicos y biogeográficos
de estas comunidades en el área en cuestión;
(2)
entender la forma en que las comunidades bentónicas se estructuran en las
condiciones ambientales de verano e invierno en el límite norte de la zona de
transición entre las provincias biogeográficas Mexicana y la Californiana;
(3)
la ausencia de información sobre la distribución y abundancia de las especies
bentónicas en el gradiente vertical intermareal;
(4)
por ser el imtermareal un biotopo de fácil acceso y expuesto al impacto
antropogénico, razón por la cual se requiere de estudios ecológicos y de
monitoreo con el fin de establecer las pautas para la protección y conservación
de la biota ahí presente;
(5)
la identificación de especies que puedan ser empleadas como indicadoras o
diagnosticas del calentamiento global en la región del Pacifico nororiental.